El inicio del YOGA se remonta hasta los tiempos de los VEDAS que son los 4 libros sagrados más antiguos del Hinduismo cuyos orígenes datan del 1,500 AC aprox.
La transmisión de las enseñanzas del yoga y todo conocimiento en esa época se basaba en la religión y en el mantenimiento de las tradiciones.

Como conocimiento, religión o camino espiritual, el Yoga sería enseñado a los hombres de una clase social específica, éste se transmitiría de maestro a discípulo en un conjunto de prácticas de carácter religioso, filosófico, energético y espiritual.
El conocimiento sería basado en la experiencia que tendrían los practicantes al establecer  principios de práctica adecuados a la vida cotidiana y recursos que había para ellos  y al mismo tiempo se desarrollaría una mística y conocimiento energético basado en el cuerpo masculino, sus necesidades y posibilidades.

Hoy en día, el Yoga tiene gran difusión y se han creado diferentes estilos. Se han extraído de entre los elementos originales, ramas como la meditación, devoción y purificaciones, elaborando aplicaciones adaptadas por los practicantes occidentales a la diversidad de necesidades de vida cotidiana como solución a la tensión y vicios emocionales en nuestra sociedad contemporánea,

Con gran interés se ha buscado mantener un hilo conductor de tradición en sus elementos espirituales,y se han utilizados específicamente las posturas o asanas como puente de comunicación, facilitando el estudio de la meditación, filosofía y elementos devocionales como los cantos y ceremonias y es gracias a esto y a su innegable efecto, que ha tomado gran fuerza principalmente entre las mujeres, derivando en que actualmente el Yoga se ha convertido en un negocio multimillonario del cual las mujeres son su principal consumidor.

El Yoga se ha convertido en una disciplina física poniendo énfasis únicamente en las posturas o asanas, y se le han atribuido capacidades de sanación, y prevención de enfermedades.

Ya que el Yoga surgió de, para y por los hombres,  meditaciones, prácticas meditativas, posturas y visiones espirituales no han sido adaptadas al carácter, cíclico, rítmico, y circular de las mujeres, de tal forma que millones de mujeres adoptan una disciplina de práctica física y espiritual sin tomar en cuenta etapas propias de la vida  como: la menstruación, embarazo, postparto, crianza y menopausia.

Cada etapa de la mujer contiene diferentes necesidades físicas y emocionales a las cuales hay que adaptar la práctica del Yoga, si bien las posturas generan bienestar general, existen contraindicaciones para cada una y en general se requiere enfatizar en la forma y fondo, que el cuerpo de las mujeres y los hombres son tan diferentes que las posturas requieren ser adaptadas a los cambios que tienen nuestros cuerpos, requerimos reconocer que cada momento forma parte de un ciclo que afecta mental y emocionalmente nuestra consciencia y nos brinda elementos únicos de desarrollo personal y espiritual.
El yoga para la mujer, requiere estar conformado por un cuerpo de prácticas que nutran la conexión de cada mujer con su energía femenina, una filosofía que honre lo sagrado de la sangre, y las necesidades de belleza, creación y comunicación

El yoga para la mujer, requiere  contiene un método que promueva el reconocimiento de nuestros cuerpos y emociones, un programa con secuencias adecuadas para cada etapa, permitiendo un proceso de reconexión y reconocimiento de nuestros cuerpos y seguir un camino espiritual que promueva la conexión con la sabiduría femenina.

El Yoga para la mujer es un movimiento para crear consciencia, regresar a lo femenino y generar círculos y comunidades de hombres y mujeres en desarrollo espiritual.